viernes, 31 de enero de 2014

MOUSSAKA GRIEGA (a mi manera)


El otro día salimos a cenar y yo andaba con antojo de comida griega, pero cuando llegamos al restaurante no había mesas libres y teníamos que esperar más de una hora (eso nos pasa por no reservar con antelación). Total, que nos fuimos y al final acabamos en un italiano.

La cena estuvo muy bien, pero cómo me había quedado con ganas de griego, el domingo decidí hacer una Moussaka, que hacía mucho tiempo que no la hacía y aquí tenéis el resultado.



INGREDIENTES (para 6-8 personas):

- 2 berenjenas grandes (500 g. en total aprox.)
- 1 calabacín grande (de 500 g. más o menos)
- media cebolla (pongo media porque no me gusta mucho, pero se puede añadir entera).
- 1 diente de ajo
- 2 patatas medianas
- 1 kg. de carne picada (yo he utilizado carne de ternera, pero es preferible usar cordero).
- 3 tomates grandes
- Queso parmesano rallado
- Queso feta
- sal, perejil, ajo en polvo, orégano, canela y azúcar.

Para la salsa bechamel:
- 90 g. de mantequilla
- 90 g. harina de trigo
- 1 litro de leche semidesnatada
- Nuez moscada


PREPARACIÓN:

Cortamos las berenjenas y el calabacín en rodajas, los ponemos en boles separados con un poco de sal y los dejamos reposar unos 15-20 minutos.

Cortamos las patatas en láminas (no muy finas para que no se rompan) y la colocamos en la fuente que vayamos a utilizar con un poco de aceite y sal.

Después cogemos el bol con las berenjenas en rodajas, les echamos un chorrito de aceite y las metemos en el microondas a máxima potencia durante 10 minutos (también puedes freír las rodajas en la sartén hasta que se ablanden, pero esta vez he probado a hacerlas en el micro para que no cogieran tanta grasa).



Con el calabacín repetimos la misma operación que con las berenjenas.


A continuación, cogemos la carne picada y la mezclamos bien con ajo en polvo y perejil picado. 

Cortamos la cebolla según el gusto de cada uno (yo la dejo muy picada), luego cortamos los tomates en dados y los reservamos.

Sofreímos la cebolla en una sartén y cuando esté dorada añadimos la carne picada. Cuando veamos que la carne ya está bien cocinada, añadimos los tomates en dados y dejamos que se vayan deshaciendo.

Después, lo aderezamos con sal, azúcar (sólo un poquito, para contrarrestar el amargor del tomate) y un poco de canela. También podéis añadir un chorrito de vino blanco o de ron, que también le da un toque dulce.

Una vez que se ha evaporado la mayoría del líquido lo retiramos del fuego.



Ahora ya sólo queda preparar la bechamel y montar la moussaka.

Para la bechamel, hay que derretir la mantequilla en un cazo e ir añadiendo poco a poco la harina. Después le vamos echando el litro de leche, también poco a poco, sin dejar de remover para que no salgan grumos. Yo le añado además un poco de nuez moscada.

Para montar la moussaka se ponen las rodajas de berenjena sobre la capa de patatas que ya habíamos colocado previamente.

Luego se pone la mitad de la carne que hemos cocinado y se vierte parte de la bechamel por encima.

A continuación, se pone la capa de calabacín y encima de ésta, el resto de la carne. Lo cubrimos todo con la bechamel que nos quedaba y rallamos un poco de queso parmesano por encima (otras veces, en lugar de bechamel he utilizado puré de patatas, pero sólo para la capa de arriba, la última. También queda muy bueno, pero si vais a poner puré os recomiendo que quitéis la capa de patatas de la base, porque sino es demasiada patata y queda un poco pesado). 

Se mete en el horno, previamente precalentado a 180°C, y lo cocinamos durante unos 20 minutos con la opción de gratinar por encima (los que tengan la suerte de tenerla, es que mi horno es muuu viejo, jeje).

Una vez fuera del horno, le ponemos un bloque de queso feta encima (en este caso he puesto el queso feta en dados porque no lo encontré en bloques) y echamos un poco de orégano por encima.


Que lo disfrutéis!!


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